Desde 1990
Somos una empresa familiar fundada por nuestros padres, Diego y Pepa. Ambos proceden de familias humildes, se casaron muy jóvenes y en aquellos tiempos difíciles pudieron dedicarse a distribuir productos de repostería por toda España.
Es así cómo nuestro padre se empieza a enamorar de la profesión de pastelero, y motivado por grandes maestros artesanos, deciden, junto con un buen amigo, emprender su primera pastelería artesanal en Calasparra.
Nuestra Historia
Desde el primer momento, el papel de nuestra madre fue fundamental para la venta y expansión de nuestros productos artesanales; los cuales mi padre pudo desarrollar gracias a la constante formación con destacados confiteros y pasteleros.
Pasión y trabajo
Han trabajado siempre con el corazón en la mano y transmitiéndonos, como nueva generación que somos, su filosofía en la fabricación de productos artesanos con la tradición de nuestras abuelas como base, y nuestra innovación gracias a la constante formación y desarrollo profesional.
Ahora
Tomar el relevo generacional de nuestros padres, Diego y Pepa, ha sido una transición tanto emocionante como desafiante. Sin embargo, siempre hemos tenido claro que su legado de artesanía y pasión por la pastelería no solo debía mantenerse sino también prosperar. Nos hemos formado con la misma intensidad que ellos, aprendiendo de destacados maestros en el campo, pero también incorporando nuevas técnicas y tendencias para mantenernos al día.
El equilibrio es clave: preservamos las recetas y métodos tradicionales que han hecho de nuestra pastelería un emblema en Calasparra, mientras exploramos nuevas formas de deleitar el paladar de nuestros clientes. Así, la tradición y la innovación conviven en cada producto que ofrecemos, en un tributo a nuestros padres y a la próxima generación de amantes de la pastelería.